«Contrefaçon» : La Cité des Sciences censure le Libre à la demande de l’INPI — «La vraie expo qui parle du faux» se soucie peu de parler vrai.

(fr, en)

Ce texte est issu d’un article décrivant comment l’INPI a fait pression sur la Cité des Sciences et de l’Industrie pour le censurer. Il traite des licences libres et devait faire partie de l’exposition «Contrefaçon : la vraie expo qui parle du faux», qui ne dispose a priori pas de site web informatif à l’heure actuelle.

Copyleft : Isabelle Vodjdani, 20 avril 2010, ce texte est libre, vous pouvez le copier, le diffuser et le modifier selon les termes de la Licence Art Libre

Licencia libre, un fenómeno en expansión

En el ámbito del derecho de autor que protege las creaciones literarias y artísticas, cada vez más autores optan por poner sus obras a disposición del público con un tipo de contratos muy específicos que se denominan licencias libres. Estas licencias autorizan a cualquiera a difundir copias de la obra. También le autorizan a publicar versiones modificadas de la obra bajo su propia responsabilidad de autor. Estas autorizaciones están sujetas a dos condiciones :

  • En primer lugar, es preciso mencionar el autor de la obra inicial y dar acceso a sus fuentes.
  • En segundo lugar, las copias o versiones modificadas de la obra deben publicarse con las mismas autorizaciones.

Las obras libres tienen que divulgarse obligatoriamente con una licencia que garantiza estas condiciones. Entre estas licencias, se pueden citar la Licencia Pública General de GNU (GNU GPL por sus siglas en inglés), para los programas y la Licencia Arte Libre para las obras culturales. Por lo tanto, el ámbito de las obras libres no constituye un área sin legislar ni se asemeja a la gratuidad. Por otra parte, los anglosajones asocian la palabra francesa « libre » a la palabra « free » para descartar cualquier confusión, puesto que existen obras gratuitas que no son en absoluto libres y también existen obras libres que son de pago.

También se habla del « mundo de lo libre » para designar al conjunto de actores que participan en la promoción y en el desarrollo del campo de lo libre. Este movimiento se inspira en los usos que rigen la transmisión de los conocimientos en los medios académicos. Pero desde 1983, son los programadores los que están a la vanguardia de este movimiento y de su formalización jurídica, puesto que en este sector de actividad la necesidad de innovación es constante y los usuarios tienen gran interés en actuar para mejorar los fallos de un programa o para adaptarlo a sus necesidades. De este modo, se convierten a su vez en autores.

Este modelo de desarrollo corresponde a las aspiraciones de una sociedad democrática compuesta por ciudadanos que aportan una contribución constructiva a la vida pública y no se contentan solamente con ser gobernados. El interés que suscita la licencia Libre es en primer lugar de orden político. Este interés se intensifica por el hecho de que las legislaciones cada vez más restrictivas sobre los derechos de autor evolucionan en contra de los intereses del público y se convierten en un freno para la creación. En este contexto, las licencias libres surgen como una salida legal y pragmática para constituir un campo en el que se eliminan los obstáculos a la difusión y a la reutilización creativa de las obras.

En el ámbito de la creación artística y de la publicación científica, el modelo de obra libre corresponde también a una realidad social que es la emergencia de una sociedad de entusiastas de la cultura que, estando a favor de un mejor acceso a la educación, al tiempo libre, a los medios de producción y de comunicación, entran en escena cambiando a veces totalmente las posturas establecidas. Estos entusiastas son los vectores, los actores y los transformadores de la cultura ; son el cuerpo vivo y, sin ellos, las obras serían « letra muerta ».

Desde el siglo XIX, con la creación de los museos y el nacimiento del derecho de autor, nuestra cultura favoreció los medios de conservación para garantizar la perennidad de las obras. Actualmente, los soportes digitales e Internet se están convirtiendo en los principales medios de difusión de las obras. Sin duda alguna, Internet es un potente medio de comunicación, pero todavía no ha demostrado ser un medio de conservación. Lo que se perfila con el modelo de obra libre es que, junto con los esfuerzos de conservación cuyo principio no se cuestiona, otra forma de perpetuación encuentra su lugar en nuestra cultura ; se trata de la transmisión, que fundamenta también la tradición. Pero el acto de transmisión pasa por un proceso de apropiación (sólo se puede transmitir lo que ya se ha adquirido o asimilado) y esto implica transformaciones que hacen evolucionar las obras. Esta es la condición para una cultura viva, una cultura sustentada por actores más bien que soportada por sujetos.